viernes, 5 de agosto de 2011

APITERAPIA EN EL MUNDO

Así lo afirma en una entrevista a Efe Stefan Stangaciu, presidente de las sociedades de Apiterapia
de Alemania y Rumanía, y que visita Tenerife para ofrecer una conferencia sobre las virtudes
terapéuticas de la miel y otros productos de la colmena, además de impartir un curso intensivo
de apiterapia y apipuntura.
Stefan Stangaciu señala que la apiterapia está muy desarrollada en países como Alemania, Rusia,
Rumanía, Bulgaria y Francia entre otros factores, añade, porque hay una mayor conciencia de los
"fallos y errores" de la medicina tradicional junto a un mayor acceso a la información sobre
tratamientos de origen natural, lo que no ocurría hace 30 años.
En España hay muy buenos apiterapeutas en comunidades como Madrid y Valencia, agrega
Stangaciu, pero en general no se conocen bien los beneficios de los productos de la colmena,
que son excelentes nutrientes y de enorme eficacia terapéutica, fortalecen el sistema inmunológico
y previenen y curan enfermedades.
Los productos de la colmena pueden ser usados como terapia con varios métodos de administración
y uno de ellos es la apipuntura, que consiste en administrar el veneno de la abeja, la apitoxina, a
través de los puntos de acupuntura.
El apiterapeuta tiene como norma usar ciertas técnicas o productos cuando otros no funcionan,
por lo que sólo cuando no hay más remedio se recurre a la picadura de la abeja, ya que esto hará
perder la vida al animal.
Lo habitual es recurrir a la fisioterapia, ungüentos y cremas con apitoxina para masajes, lo que
 conlleva alargar el tratamiento -quizás tres sesiones en vez de una- pero se salva la vida de la abeja,
detalla Stangaciu.
Explica el presidente de los apiterapeutas rumanos y alemanes que hay 17 productos de la colmena,
dos más de los que hasta ahora se pensaba, tras el reciente descubrimiento en Arabia Saudí de que
 el sonido de las abejas es eficaz para tratar la hipoacusia.
Para ello se introducen unas 50 abejas en una bolsa de plástico que se agita y se sitúa cerca del
oído
afectado por la baja audición, con lo que el zumbido es tan fuerte que se estimulan los nervios
acústicos,
al tiempo que "el elemento estresante" causado por los insectos también actúa sobre el sistema
nervioso.
Asimismo en Taiwan y en otros países asiáticos se utiliza polvo elaborado a base de pupas -una
fase de la larva- de zánganos para obtener en los hombres efectos similares a la "viagra", aunque
Stefan Stangaciu precisa que también se puede lograr el mismo objetivo tomando de forma regular
miel, polen o propóleo.
En su opinión, los productos de la colmena son beneficiosos "aún en casos muy difíciles", pues
como ejemplo cita que no pueden eliminar el bacilo de Koch pero al estimular "fuertemente" la
inmunidad del organismo "éste va a eliminar la tuberculosis".
"Aún en enfermedades que no pueden curar directamente, estos productos ayudan indirectamente
a su erradicación o bloquean la evolución, de forma que se mejora la calidad de vida del enfermo",
añade.
Apunta que la composición bioquímica de estos productos varía según la región geográfica pero
al final se obtienen los mismos resultados, y detalla que es diferente el compuesto del propóleo de
Cuba, Rumanía, Venezuela, Argentina o Brasil, pero su función sobre el organismo "es la misma",
con efectos antivirales, antibacterianos, antimicrobianos y antiparasitarios.
Explica Stefan Stangaciu que "el síndrome del colapso" de las colmenas -en alusión a la disminución

en la población de abejas de algunos países- tiene varias causas, pero la más grave es la ocasionada
por la agricultura industrial basada en monocultivos.
En su opinión, para las abejas esto supone encontrarse ante "un desierto, verde, pero un desierto",
en el que no encuentran nada para nutrirse, lo que se suma al hecho de que los agricultores usan
"toneladas de químicos" que intoxican al medio ambiente "y a nosotros mismos".
La solución, a su juicio, es volver a la apicultura tradicional basada en los policultivos de los que
las abejas pueden nutrirse, algo que aconseja para Canarias ante su relieve variado y la llegada de
nutrientes del océano.
Recomienda que en las islas haya muchos frutales de diferentes especies y que se "explote" el
apiturismo como en otras zonas europeas, es decir, que se hagan visitas a las zonas de las colmenas,
se expliquen las propiedades de las plantas melíferas y se haga un centro de apiterapia.

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